Imagen ilustrativaLong Visual Press / Abaca / Sipa USA / Legion-Media
Los casos relacionados con la llamada “justicia por mano propia”, que corresponden a hechos donde un atracador termina asesinado por su víctima, se habrían multiplicado en la ciudad de Medellín, Colombia, capital del departamento de Antioquia, durante los primeros meses de 2022.
Según el medio local El Colombiano, entre el 1º de enero y el 11 de abril de 2021 solo hubo un caso de esa índole; mientras que en el mismo periodo de este año se contabilizan ocho muertes de presuntos asaltantes involucrados en hurtos, una situación que se repite en otras regiones del país.
Del total de casos reportados, el medio revela que cuatro han sido resueltos como “legítima defensa” y tres como “neutralizado” (que se atribuye a las labores policiales), mientras que la muerte de Carlos Alfredo Jiménez aún está en investigación para determinar si se trató de legítima defensa.
¿Qué opina? Las reacciones de las víctimas y de las autoridades en los casos de hurto han dejado ocho presuntos asaltantes muertos este año en Medellín. Así está la situación ▶️ https://t.co/skytj4wgdMpic.twitter.com/5s5dHsHMzS
— El Colombiano (@elcolombiano) April 12, 2022
Entre los homicidios calificados como “legítima defensa” están las muertes de Juan Manuel Restrepo Correa, Brahian Alexis Osorio Acevedo, Juan Manuel Ruiz Ríos y Miguel Murillo Arango; mientras que como “neutralizados” aparecen Juan Diego Montoya Mercado, Duván Arley Jaramillo Vélez y el menor de edad Darwin Alexis Buriticá Quintero.
En medio de esta situación, la polémica por el uso de armas entre la población civil para defenderse de los asaltos se ha reavivado, sobre todo al señalarse que las autoridades no actúan contra la criminalidad y por la delgada línea legal que generan este tipo de reacciones, que podrían incluso ocultar asesinatos presentados como “legítima defensa”. De igual manera se teme la eventual manipulación de casos de ajusticiamiento policial contra civiles, para evitar que sean calificados como crímenes de lesa humanidad.
¿Cómo ocurrieron las muertes?
De acuerdo al reporte, abril ha sido el mes más violento en Medellín, con cuatro de las ocho muertes de ese tipo en el año, tres de ellas registradas en menos de 24 horas, entre el 1º y 2 de abril. El primer caso de abril fue contra un menor de edad, de 17 años, identificado como Miguel Murillo Arango, en la localidad de Belén Granada, cuando un hombre lo mató luego de que supuestamente el joven le robara unas joyas.
La segunda muerte fue la de Carlos Alfredo Jiménez Córdoba, de 21 años, en el barrio Villatina, quien habría asaltado a un conductor de InDriver y este lo ajustició; y el tercer caso fue el de Duván Arley Jaramillo Vélez, de 32 años, “neutralizado” por la policía local, señalado de disparar en el barrio Aranjuez al ciudadano Julián Alberto Amaya Villada, de 29 años, quien también falleció.
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El caso más reciente fue el pasado viernes 8 de abril, en el barrio 12 de Octubre, cuando un menor de edad identificado como Darwin Alexis Buriticá Quintero, de 17 años, fue ultimado por un policía que habría reaccionado cuando el joven y otro presunto delincuente, de 18 años, sacaron un arma de fuego en plena persecución tras efectuar un hurto.
Sobre el resto de los homicidios, tres se registraron en enero y uno en marzo. En el primer mes del año fallecieron en distintos hechos Juan Manuel Restrepo Correa, de 19 años, abatido por un pensionado de la policía que lo culpó de hurtar un vehículo de encomiendas. Siguieron Juan Diego Montoya Mercado, de 18 años, ultimado por la policía mientras intentaba escapar; y el menor Brahian Alexis Osorio Acevedo, de 17 años, asesinado por un vigilante durante un atraco a una barbería.
El caso que aún se encuentra en investigación es el homicidio de Juan Manuel Ruiz Ríos, de 21 años, registrado el 12 de marzo, cuando supuestamente habría intentado robar a un taxista.
Opinión de la policía y otros expertos
El comandante de la Policía Metropolitana de Medellín, Javier Josué Martín, dijo —citado por El Colombiano— que lo que estaría ocurriendo no es un aumento de casos, sino que hay una mayor cantidad de víctimas que reaccionan para defenderse.
“No podemos decir que se incrementaron los casos. Se han presentado delincuentes abatidos por las víctimas porque la reacción de estas es en defensa propia“, dijo el funcionario, quien admitió que este año han aumentado los delitos de robos contra personas.
En el mismo reportaje, Fernando Quijano, vocero de la Corporación para el Desarrollo Social (Corpades), señala que los casos de “justicia por mano propia” se estarían incrementando porque hay personas que están dispuestas a disparar para no dejarse robar, sobre todo cuando un delincuente saca un arma, aunque no sea de fuego.
Eso quieren de Colombia, q el pueblo haga justicia y se cuide por mano propia. Nuestros líderes les quedó grande. Pero robar al pueblo si pueden."Matan a ladrón que encañonó a una mujer embarazada para robarla, en Bosa https://t.co/97fWxrvwHN
— Dianita (@dianitacor) April 12, 2022
Por su parte, el abogado penalista Iván Durango agregó que actuar “de mano propia” puede generar “implicaciones legales”, sobre todo cuando no se sabe apelar debidamente a la legítima defensa señalada en el Código Penal, lo que podría ocasionar una imputación por el delito de homicidio, penado con 17 a 37 años de prisión.
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“Hay unos requisitos para esa legítima defensa: la necesidad y la proporcionalidad a la agresión. La necesidad, cuando quiero defender un derecho propio, incluso, un derecho ajeno, contra una agresión que se va a dar en ese instante. La proporcionalidad, cuando me voy a defender de alguien que me está agrediendo con un cuchillo, no lo voy a hacer con un fusil”, dijo Durango.
Mientras que el abogado Santiago Trespalacios indicó que existe “una línea muy delgada” que podría convertir a una víctima que actúa por cuenta propia en victimario. “Cuando se logra ver que no está reprendiendo el ataque, sino que busca venganza, como cuando el tipo va a hurtar, intenta huir, lo persiguen y lo ultiman, ya se puede hablar de tortura u homicidio. Pero si logra verse que le quitan un bien, lo persiguen, le meten una patada y recuperan el bien, ahí sí hay una legítima defensa”.
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