De cómo la narrativa del ‘narcoterrorismo’ abre la puerta a una intervención de EE.UU. en México
23.09.2022
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Israel Garnica / Norte Photo / Gettyimages.ru
Cada vez que México es testigo de una ola de violencia provocada por grupos de la delincuencia y el crimen organizado, como la que tuvo lugar la primera semana de agosto de este año, en algunos sectores de EE.UU. crece la percepción de que el país está perdiendo el rumbo.
En contraste, el Gobierno de López Obrador considera que estas acciones no son sino “hechos aislados” y “actos de propaganda”.
Sin embargo, tanto dentro como fuera de México no son pocos quienes piensan que se trata de una “demostración de fuerza”, un mensaje que busca sembrar miedo y dejar claro “quién manda”.
Es así como la narrativa del ‘narcoterrorismo’ está de vuelta a la palestra. Son acciones que, sin tener una clara motivación separatista, religiosa, étnica o político-ideológica, están orientadas a lograr que la población entre en pánico y poner en jaque al Gobierno.
El presidente López Obrador hasta el momento ha rechazado definir a los grupos criminales detrás de estas acciones como ‘narcoterroristas’ o ‘terroristas’. Y es que las consecuencias de sumarse a esta narrativa no serían menores.
Dada la extraterritorialidad de la ley estadounidense, si los cárteles de la droga son tipificados como ‘terroristas’, el Gobierno de Biden tendría ‘vía libre’ para lanzarse contra ellos en territorio mexicano.
El ‘narcoterrorismo’ o ‘terrorismo’ son etiquetas que, si el Gobierno de la denominada ‘Cuarta Transformación’ termina aceptando, abrirán la puerta a una intervención extranjera, advierten expertos consultados por RT.
Llevar la “guerra contra terrorismo” al Sur del Río Bravo
Las balaceras, la quema de vehículos y la exposición de mantas con amenazas, a menudo calificadas como acciones de ‘narcoterrorismo’, forman parte de una añeja narrativa que busca poner sobre la mesa dos ideas clave.
La primera, que la estrategia de seguridad del Gobierno del presidente López Obrador es un “fracaso”.
Y, la segunda, a su vez derivada de la anterior, que el país “carece de gobernabilidad” y, por lo tanto, “se vuelve necesario el apoyo desde el exterior”.
El Gobierno mexicano, aseguran, ha demostrado que no tiene la capacidad para hacer frente a las olas de violencia provocadas por la delincuencia y el crimen organizado.
Hace unos días, el gobernador de Texas, Greg Abbott, emitió una orden ejecutiva en la que se clasifica a los cárteles mexicanos como “organizaciones terroristas”.
I also sent a letter demanding the Biden Admin. classify Mexican drug cartels operating in Texas as terrorist organizations.Texas is stepping up to get these gangs & deadly drugs off our streets. pic.twitter.com/nhfeVo2ESm
— Greg Abbott (@GregAbbott_TX) September 21, 2022
Envió también una carta al presidente, Joe Biden, y a la vicepresidenta, Kamala Harris, en la que solicita que los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación, así como cualquier otro grupo dedicado a la producción de fentanilo, sean catalogados como “terroristas federales”.
No es la primera vez que se pide a un presidente estadounidense que los cárteles de la droga sean categorizados de esta manera.
En febrero 2019, durante el Gobierno de Donald Trump, dos legisladores del Partido Republicano, Chip Roy y Mark Green, hicieron el mismo llamamiento.
Estas etiquetas, ‘narcoterrorismo’ o ‘terrorismo’, no son un mero asunto de terminología, explica en entrevista Javier Oliva Posada, catedrático de la UNAM especializado en temas de defensa y seguridad nacional.