De la ‘guerra contra las drogas’ a la negociación con narcotraficantes: el giro radical de la política antidrogas de Gustavo Petro
31.08.2022
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Un policía colombiano camina entre paquetes de marihuana incautados en Bogotá, el 13 de agosto de 2020Raul Arboleda / AFP
La llamada ‘guerra contra las drogas’, que ha dejado heridas profundas en Colombia por más de 30 años, ha sido tildada de “fracaso” por el presidente Gustavo Petro, que ha propuesto un enfoque revolucionario en su política antidrogas.
En menos de un mes de gestión, el nuevo inquilino de la Casa de Nariño, sede del Gobierno, hizo una serie de anuncios que apuntan a un cambio radical en la manera de afrontar el problema de violencia que ha generado la producción y el tráfico de sustancias ilícitas en el país suramericano.
Petro, que apuesta al diálogo más que a la confrontación, plantea la eliminación de la extradición, la suspensión de la erradicación forzada, los beneficios procesales para los microtraficantes, la comercialización de la marihuana y el cese de los bombardeos, entre otras.
Algunas de estas medidas, que se consideraban impensables tan solo días atrás, ya entraron en vigor y han sido criticadas por el ala más opositora del Congreso, representada por el Centro Democrático, fundado por el exmandatario derechista Álvaro Uribe.
Este partido político, que dio su respaldo al anterior presidente, Iván Duque, tradicionalmente ha apoyado la visión de la ‘guerra contra las drogas’, la militarización y el uso de la fuerza del Estado como única vía para acabar con las organizaciones criminales ligadas al narcotráfico.
Hasta el momento pareciera no haber sido la política más efectiva, si se toman en cuenta los datos de tráfico de cocaína hacia EE.UU. y las hectáreas de coca sembradas en territorio colombiano.
En 2021 Colombia produjo 972 toneladas de cocaína, 2,2 % menos que la cifra de 2020, y registró 234.000 hectáreas de cultivo, 4,5 % menos que las 245.000 el año precedente, según la Oficina de Política Nacional para el Control de Drogas de la Casa Blanca (ONDCP, por su sigla en inglés). Aunque los números retrocedieron, la producción sigue siendo alta.
Colombia y EE.UU.
La semana pasada se llevó a cabo una reunión para tratar la estrategia de lucha contra las drogas ilícitas entre Bogotá y Washington. En el encuentro, liderado por el ministro de Justicia, Néstor Osuna, estaba una delegación estadounidense compuesta por el secretario adjunto para la Oficina de Asuntos Antinarcóticos y Aplicación de la Ley (INL, por sus siglas en inglés), Todd Robinson, y el director de la Oficina de Control de Drogas de la Casa Blanca (ONDCP, por sus siglas en inglés), Rahul Gupta, entre otros.
Ambos países coinciden en las líneas gruesas de la nueva política antidrogas y en su preocupación por la protección ambiental y los líderes sociales ambientalistas que realizan su labor comunitaria bajo la amenaza de grupos ilegales y grandes corporaciones.
La propuesta que evalúan ambos gobiernos es la de disminuir la oferta de drogas ilícitas, a través de la implementación de la sustitución de cultivos y el abordaje del consumo como un tema de salud pública.
Del mismo modo, se habló sobre la posibilidad de desarrollar posibles alternativas de privación de la libertad para personas que consumen sustancias psicoactivas que cometan delitos.