El Partido Revolucionario Institucional (PRI) se encuentra en uno de los momentos más dramáticos desde su fundación. La organización política que mantuvo una hegemonía durante décadas en México, hoy se encuentra si bien no al borde de la extinción, sí sumergido en una grave crisis que será muy difícil remontar, por lo menos en el corto plazo.
La debacle del partido tricolor ya se anunciaba desde tiempo atrás. Durante el Gobierno de la denominada ‘Cuarta Transformación’, bajo el liderazgo del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), el PRI ha ido perdiendo terreno frente a la coalición oficialista, encabezada por el partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena).
Los escándalos de su dirigente nacional, Alejandro Moreno Cárdenas (también conocido como ‘Alito’), expuesto en una serie de audios filtrados a la prensa donde conversa sobre esquemas de financiamiento ilegal con fines electorales, violencia contra medios de comunicación y hasta de negocios turbios al amparo del poder, no son sino una señal inequívoca de la descomposición de un partido que, según sostuvo Mario Vargas Llosa en la década de 1990, logró instalar una “dictadura perfecta” en la nación latinoamericana.
La mayoría de los dirigentes del PRI y sus aliados de ‘Va por México’, el Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD), han subestimado la derrota sufrida en las elecciones del domingo. Argumentan que Morena y sus aliados no lograron, como se habían propuesto, “ganar seis de las seis” gubernaturas en disputa, sino únicamente cuatro.
Bajo esta perspectiva, sostienen, ‘Va por México’ todavía tiene posibilidades de sacar a Morena y sus aliados del Palacio Nacional en las próximas elecciones federales. “Hay tiro en el 2024”, sentenció Claudio X. González Guajardo, el principal articulador de la coalición opositora, incluso antes de darse a conocer los resultados por el Instituto Nacional Electoral (INE).
VXM obtendrá, por lo menos, dos triunfos el día de hoy – Aguascalientes y Durango. Felicidades a T.Jiménez y E.Villegas. Ante el escenario de burdas elecciones de estado, incluyendo al nuevo aliado del gobierno federal -la delincuencia organizada- no está mal. Hay tiro en el ‘24!
— Claudio X. González G. (@ClaudioXGG) June 6, 2022
Lo cierto es que las seis entidades federativas que se disputaron el domingo 5 de junio estaban en manos de la oposición. El PRI perdió Hidalgo y Oaxaca, mientras que el PAN fue derrotado en Quintana Roo y Tamaulipas. En contraste, Morena y sus aliados ganaron cuatro entidades federativas donde no eran Gobierno, con lo cual, a finales de este año serán autoridad en 22 de los 32 estados de la República.
Contrariamente al optimismo de sus líderes, la alianza opositora ha demostrado ser un fracaso a la hora de competir por gubernaturas. El año pasado los tres partidos fueron juntos en las elecciones de Baja California, Baja California Sur, Campeche, Colima, Michoacán, Nayarit, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala y Zacatecas. Y en las 11 elecciones estatales fueron derrotados.
De hecho, de las dos gubernaturas que ganaron en 2021, en ninguna de ellas se registraron bajo la alianza tripartita, ‘Va por México’. El PAN ganó Querétaro, mientras que Maru Campos se hizo de la gubernatura de Chihuahua cobijada por el PAN y el PRD.
En las elecciones del 5 de junio de este año, la alianza ganó solamente dos gubernaturas: Aguascalientes, con una candidata del PAN, y Durango con una candidata del PRI.
‘Va por México’ se ha revelado como una coalición que, más que plantear un proyecto alternativo de nación, ha hecho del ‘anti-lopezobradorismo’ su principal bandera, y cuyo único logro ha sido arrebatarle al oficialismo la mayoría de las alcaldías de la Ciudad de México en 2021.
A pesar de estos resultados a cuestas, e incapaces de ampliar su poder territorial vía gubernaturas, los dirigentes nacionales de los tres partidos políticos del viejo régimen insisten en la necesidad de “mantener la unidad” pues, sostienen, es la “única posibilidad” de poder derrotar a Morena y sus aliados en 2024.
‘Va por México’, sin embargo, se ha revelado como una coalición que, más que plantear un proyecto alternativo de nación, ha hecho del ‘anti-lopezobradorismo’ su principal bandera, y cuyo único logro ha sido arrebatarle al oficialismo la mayoría de las alcaldías de la Ciudad de México en 2021.
Con todo, en la elección intermedia no lograron su principal cometido: hacerse con el control de la Cámara de Diputados. A la alianza ‘Va por México’ no le alcanzaron los votos para convertirse en la ‘mayoría simple’ en la Cámara baja, una condición que le habría permitido ser hoy la ‘voz cantante’ en el manejo del presupuesto.
En 2021 a Morena y sus aliados tampoco les alcanzaron los votos para ser ‘mayoría calificada’ en San Lázaro, con lo cual, no pueden aprobar reformas constitucionales sin los votos de los legisladores de la oposición.
Y es justo esta la única ‘ventana de oportunidad’ de la alianza ‘Va por México’ para mostrar su músculo, su “capacidad” para derrotar a Morena y sus aliados en la arena política: rechazando todas las iniciativas enviadas por el presidente López Obrador para reformar la Carta Magna.
Sin embargo, la estrategia de ir en contra de todo aquello que propone el Gobierno federal no le ha aportado dividendos en términos electorales a la alianza ‘Va por México’, tal como quedó demostrado en las elecciones estatales del 5 de junio.
Esta alianza tiene hoy al PRI sumido en uno de los momentos más aciagos de su historia. En un primer momento, varios de sus integrantes de la ‘vieja guardia’, entre ellos, Francisco Labastida y Roberto Madrazo, candidatos a la Presidencia en los años 2000 y 2006 respectivamente, dejaron entrever que era necesaria la renuncia de su dirigente nacional, a quien achacan la responsabilidad de la derrota histórica del partido tricolor.
Por el bien del partido y de México @alitomorenoc debe dejar la dirigencia del #PRI para dar inicio a una dirigencia de consensos. Se debe convocar a la asamblea nacional para elaborar una nueva propuesta competitiva. Sólo aprendiendo del pasado, el PRI puede aspirar a un futuro.
— Roberto Madrazo (@RobertoMadrazo_) June 8, 2022
Y, más recientemente, exdirigentes, exgobernadores y líderes del PRI en el Congreso solicitaron a Alejandro Moreno Cárdenas realizar una reunión para analizar y debatir sobre la crisis que atraviesa el partido. Pero más allá de la renuncia de ‘Alito’ y el devenir del partido tricolor, los integrantes de ‘Va por México’ se encuentran en vilo porque la posibilidad de robustecer su alianza es cada vez más remota.
La esperanza de sumar a un cuarto partido político, Movimiento Ciudadano, se aleja cada vez más. Y es que los líderes del ‘partido naranja’ se resisten a adherirse a una coalición que solo acumula fracasos.
El ‘partido naranja’ pinta su raya
La derrota de la alianza ‘Va por México’ en las elecciones estatales del domingo pasado representa un duro golpe para la oposición de cara a la sucesión presidencial de 2024.
En medio del escándalo por la filtración de los audios que involucran al dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, sus homólogos del PAN y el PRD, en lugar de abrir paso a la autocrítica, cerraron filas en torno al exgobernador de Campeche.
Los líderes de los partidos políticos del viejo régimen denunciaron una “operación de Estado”, orquestada desde el Gobierno del presidente López Obrador dirigida a beneficiar al partido del oficialismo y sus aliados.
Todo parece indicar que para los líderes de Movimiento Ciudadano no resulta atractivo formar parte de una alianza electoral que, en lugar de ganar poder territorial, se vuelve cada vez más marginal a lo largo y ancho del país.
Pero aun cuando todo apunta a que estos tres partidos políticos se mantendrán en alianza los próximos años, tanto en el plano electoral como en el Congreso, hasta el momento no han conseguido sumar a un aliado clave: el partido Movimiento Ciudadano.
Y es justo a partir de la derrota de la alianza ‘Va por México’ en las elecciones del 5 de junio, que las posibilidades de sumar al ‘partido naranja’ se han reducido aún más.
Es que, dados los resultados, todo parece indicar que para los líderes de Movimiento Ciudadano no resulta atractivo formar parte de una alianza electoral que, en lugar de ganar poder territorial, se vuelve cada vez más marginal a lo largo y ancho del país.
La resistencia de Movimiento Ciudadano tiene en ascuas a uno de los líderes no partidistas de ‘Va por México’, Claudio X. González Guajardo, el magnate y filántropo que congregó en su mansión ubicada en las Lomas de Chapultepec —una de las zonas más opulentas de la Ciudad de México— a los dirigentes de tres partidos políticos para sellar una alianza electoral.
Días antes de las elecciones del 5 de junio, de visita en Jalisco, González Guajardo, además de llamar a no votar por Morena y sus aliados, convocó públicamente, una vez más, al partido Movimiento Ciudadano a que se sumara a ‘Va por México’.
La falta de interés por parte del ‘partido naranja’ llevó al hijo de Claudio X. González Laporte a advertir que, si no se incorporaban a la alianza, entonces “se atuvieran a las consecuencias”.