El reclamo de una periodista a López Obrador desata un intenso debate sobre los “paleros” y el rol de los reporteros en México
26.07.2022
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Andrés Manuel López Obrador, presidente de México.Luis Barron / Eyepix Group / Gettyimages.ru
El papel que desempeñan los reporteros que acuden a las diarias conferencias mañaneras del presidente Andrés Manuel López Obrador quedó en el centro de una fuerte controversia, luego de que la periodista Reyna Haydee Ramírez cuestionara al mandatario sobre los favoritismos que hay en estos foros.
“Usted prefiere las alabanzas, presidente, y discúlpeme que se lo diga”, sostuvo Ramírez, quien le hizo una seguidilla de señalamientos a López Obrador. “Dice también que no se violan derechos humanos en este Gobierno, [pero] por supuesto que se violan”, agregó la reportera.
Aunque el hecho ocurrió la semana pasada, lo más llamativo fue que mientras la periodista del portal Pie de Página hablaba, el youtubero Hans Salazar, asiduo participante de las conferencias y aliado de López Obrador, trató de interrumpirla. “Tú cállate, palero”, le advirtió la reportera, usando un término popular que en México significa aplaudidor y lambiscón.
Desde ese momento estalló la discusión para diferenciar en “la mañanera” a los “paleros” de los que no lo son. Y López Obrador salió en defensa de los primeros.
Al igual que le ha ocurrido otras veces, la intervención de Ramírez, quien está respaldada por una amplia trayectoria en cobertura y defensa de los derechos humanos, le valió una inmediata y masiva campaña de odio en las redes sociales.
Se llama Reyna Haydee Ramírez (@rynram) y es un ejemplo de cómo debe conducirse un periodista serio: siempre ser crítico ante el poder. pic.twitter.com/ieA7oWFByl
— Pablo Rendón (@pagusrendon) July 21, 2022
Estilos
Desde que comenzó a gobernar, el presidente mexicano ha insistido en que los periodistas deben declarar abiertamente sus preferencias políticas y partidarias. Sin embargo, cuando sabe que no respaldan a su Gobierno, los ubica en el grupo de los adversarios.
Las conferencias que realiza de lunes a viernes a las siete de la mañana, duran por lo menos dos horas, son seguidas por millones de personas y representan un ejercicio de comunicación gubernamental inédito a nivel mundial, pero también han sido objeto de permanentes debates.
A través de este intercambio, López Obrador logra imponer cada mañana la agenda del debate público. Uno de sus mensajes recurrentes es la estigmatización y descalificación de los periodistas. Aunque es cierto que gran parte de la prensa tradicional ha sido y es abiertamente opositora a su proyecto, el mandatario agrupa en ese bloque a todos los medios y trabajadores de prensa que no declaran su apoyo al Gobierno. Los acusa de “conservadores” y “neoliberales”.
Luego, esas descalificaciones se replican y suben de tono en las redes sociales, lo que agrava la vulnerabilidad de la prensa en el país más peligroso para ejercer este oficio, en donde en las últimas dos décadas han sido asesinados por lo menos 154 periodistas. Decenas más han sido exiliados o desplazados, o viven amenazados y al amparo de supuestos mecanismos de protección que, muchas veces, fracasan.