Las fechas le jugaron una mala pasada al ministro de Hacienda de El Salvador, Alejandro Zelaya. Si bien la semana pasada, el titular de la cartera auguraba que la esperada emisión de los bonos bitcóin se haría entre el 15 y el 20 de marzo, el complejo panorama mundial le ha quitado las certezas.
Entrevistado por la televisión local, Zelaya reconoció que la apuesta de la administración de Nayib Bukele –con la que espera recaudar al menos 1.000 millones de dólares en criptomonedas– deberá ser reprogramada: “Yo creo que no es el momento”, sostuvo. La próxima fecha todavía es un enigma.
“No será en dos o tres días”, admitió el ministro, quien consideró que la fecha ideal para el lanzamiento de la oferta podría ser en el mes de abril. Sin embargo, esta vez no arriesgó datos: “Lo ideal es salir en el primer semestre“, dijo.
El ministro asomó que la incógnita sobre la fecha tiene que ver con la incertidumbre en el mercado, signada por la compleja situación entre Rusia y Ucrania. De momento, la administración salvadoreña se ha centrado en lanzar medidas para paliar el impacto de la suba de combustibles en toda la economía, mientras continúa en la búsqueda de alternativas de financiamiento.
A juicio de Zelaya, la decisión no puede postergarse indefinidamente este año: “A más tardar, en septiembre. Es que si no, es difícil levantar, a menos que hayas prefondeado”, apuntó.
Sin embargo, a juicio de Zelaya, la decisión no puede postergarse indefinidamente este año: “A más tardar, en septiembre. Es que si no, es difícil levantar, a menos que hayas prefondeado”, apuntó.
Las estimaciones de El Salvador, en palabras de su ministro, son ambiciosas. Según Zelaya, ya hay gran cantidad de interesados en la oferta, por lo que auguran una sobresuscripción de los papeles para que la colocación se sitúe en 1,5 millones de dólares.
Incertidumbre
Aunque es un factor de peso, la situación política mundial no es la única variante con la que tiene que lidiar el Gobierno de Bukele. Desde hace meses hay cuestionamientos sobre la política del bitcóin, que van desde el supuesto manejo opaco de las operaciones de compra y venta, hasta la preocupación por parte de las calificadoras de riesgo debido a la volatilidad de ese criptoactivo.
A esa incertidumbre se suman los llamados de atención del Fondo Monetario Internacional (FMI), que ha instado a Bukele, de manera reiterada, a dejar sin efecto la declaración del bitcóin como segunda moneda de curso legal en el país centroamericano.
Según el Fondo, los riesgos son principalmente para la estabilidad financiera porque los bancos “podrían estar expuestos a fluctuaciones masivas en los precios de los criptoactivos”; para la integridad de los flujos de dinero, porque el bitcóin podría ser una puerta abierta para ilícitos cambiarios, evasión de impuestos y financiación al terrorismo “debido al anonimato que brindan”; y para la protección del consumidor, ya que las personas que ahorran en esa moneda digital “podrían perder riqueza debido a grandes cambios en el valor”.