Un grupo de astrónomos finalmente encontró la respuesta al sistema de Magallanes con la ayuda del telescopio espacial Hubble de la NASA y de un satélite retirado llamado Far Ultraviolet Spectroscopic Explorer (FUSE).
Los científicos confirmaron que la escurridiza Corona de Magallanes, hasta ahora conocida solo teóricamente, está rodeada de una corona y un escudo protector de gas caliente sobrealimentado que bordea las Nubes de Magallanes Pequeña y Grande. Esto envuelve a las dos galaxias y evita que la Vía Láctea desvíe sus suministros de gas, permitiéndoles que continúen formando nuevas estrellas.
How can a pair of dwarf galaxies survive the gravitational pull of a massive neighbor? A pervasive shield of supercharged gas should do the trick! Hubble’s UV vision, along with the probing power of distant quasars, reveals the elusive Magellanic Corona: https://t.co/oO24kNzVhxpic.twitter.com/QY4AL2znPW
— Hubble Space Telescope (@HubbleTelescope) September 28, 2022
Las Nubes de Magallanes, galaxias enanas que se ubican a unos 160.000 años luz de la Tierra, son los satélites más grandes de la Vía Láctea. Durante miles de millones de años realizaron un viaje turbulento a través del espacio, dando vueltas una alrededor de la otra, siendo destrozadas al ser atraídas hacia nuestra galaxia de origen y dejando rastros de desechos gaseosos a su paso. Sin embargo, para asombro de los astrónomos, estas galaxias enanas permanecen intactas con una formación estelar vigorosa continua.
Predicciones teóricas sugieren que las galaxias satélite enanas deben estar protegidas por un escudo ubicuo que evite que la Vía Láctea elimine el gas vital para formar estrellas. La denominada Corona de Magallanes, hecha de gas sobrealimentado con temperaturas de medio millón de grados, actuaría como una especie de zona de choque cósmico alrededor de las Nubes de Magallanes, manteniendo a las estrellas y al disco relativamente ilesos durante las colisiones.