Un gerente de finanzas de la operadora de los ferrocarriles irlandeses, Irish Rail, demandó a la empresa por “reducir a la nada” sus tareas después de poner de manifiesto sus inquietudes sobre los asuntos financieros de la compañía. Desde entonces, se pasa la mayor parte de su semana laboral leyendo periódicos, comiendo bocadillos y dando largos paseos, sin prescindir de su sueldo de 121.000 euros al año (127.500 dólares).
Dermot Alastair Mills lamenta que paulatinamente se le fue quitando responsabilidades y tareas al interponer, hace nueve años, una denuncia bajo la figura de divulgación protegida. En concreto, escribió directamente al Ministerio de Transporte luego de que la dirección de la compañía estatal desoyera sus advertencias sobre ciertos problemas con los deudores.
“Si tengo una tarea por semana me doy por satisfecho”, manifestó este martes Mills a la Comisión de Relaciones Laborales irlandesa en una audiencia citada por medios locales. “Compro dos periódicos y un sándwich. Entro en mi cubículo, enciendo mi computadora, miro los correos electrónicos. No hay mensajes asociados con el trabajo, ni comunicaciones con colegas”, relató.
“Me siento, leo los periódicos y me como el bocadillo. Luego, alrededor de las 10:30, si hay un correo electrónico que requiere una respuesta, lo respondo. Si hay trabajo asociado, hago ese trabajo”, continuó, y agregó que pasa “una o dos horas” caminando luego del almuerzo. “Si no hay nada que hacer, me voy a casa”, puntualizó.
La audiencia fue aplazada y ahora está programada para febrero del próximo año debido a una solicitud de un nuevo testigo por parte de los empleadores.
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