Un inspector de la Agencia Internacional de Energía Atómica instala un equipo de vigilancia en la Instalación de Conversión de Uranio de Irán. 8 de agosto de 2005.Mehdi Ghasemi / ISNA / AP
Irán apagó este miércoles dos dispositivos de vigilancia utilizados por el organismo de control atómico de la ONU para monitorear el enriquecimiento de uranio en ese país.
La medida se divulgó a raíz de una resolución que había sido propuesta por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), reunido en Viena, para criticar a Irán por no cooperar con una investigación de la agencia, informa Asociated Press.
Supuestamente, la República Islámica no había proporcionado “información creíble” respecto al material nuclear encontrado en sitios no declarados en tres regiones del país —Marivan, Turquzabad y Varamin—, en los que Irán ha negado haber realizado trabajos nucleares.
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Además, la OIEA informó a los Estados miembros que Irán había comenzado a instalar un grupo de avanzadas centrífugas en su planta subterránea de enriquecimiento en Natanz, según un informe visto por Reuters.
Desde Teherán detallaron que se decidió desactivar un medidor de enriquecimiento en línea y un medidor de flujo. Argumentaron que a pesar de la amplia cooperación mantenida por Irán respecto a la OIEA, el organismo internacional no había considerado esa cooperación como un acto de buena voluntad sino como un deber. Aclararon también que, por ahora, las demás cámaras de monitoreo seguirán funcionando con normalidad.
El sistema de vigilancia había sido activado en la instalación nuclear subterránea de Natanz, ubicada a unos 200 kilómetros de Teherán. Este permitía monitorear permanentemente las cascadas de la instalación, una serie de centrífugas conectadas entre sí para hacer girar rápidamente el gas de uranio a fin de enriquecerlo.
La medida iraní pretende imponer presión al organismo, dificultando aún más el control internacional sobre el programa nuclear de Teherán, donde, según los expertos, se cuenta con suficiente uranio enriquecido para construir una bomba atómica si así lo decidieran.
Además, es parte de una escalada en las tensiones entre Irán y las potencias mundiales respecto a la energía nuclear. En 2015, Irán, EE.UU., Rusia, China, el Reino Unido, Francia y Alemania firmaron el Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA, por sus siglas en inglés) que fijó limitaciones al programa nuclear de la nación persa a cambio del levantamiento de sanciones. Sin embargo, tres años después, el entonces presidente estadounidense Donald Trump abandonó dicho tratado e impuso de nuevo sanciones económicas contra Teherán.
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