Los cuatro hechos clave que revelan que el embajador de EE.UU. Ken Salazar no es “amigo” de López Obrador
22.07.2022
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El embajador de EE.UU. en México, Ken Salazar, y el mandatario mexicano, Andrés Manuel López ObradorKellys Portillo / Paul Morigi / Gettyimages.ru
La primera semana de julio causó revuelo un artículo publicado en The New York Times donde se argumentaba, palabras más, palabras menos, que la relación entre el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y el embajador de EE.UU., Ken Salazar, era demasiado “cercana”.
A grado tal, sostenía el rotativo estadounidense, que Salazar se había prácticamente convertido en un ‘paladín’ de la agenda de López Obrador y su denominada ‘Cuarta Transformación’, en detrimento de su propio Gobierno.
Las acciones, a contrapelo de las afirmaciones contenidas en el texto, apuntan en un sentido distinto. De hecho, contrastan con las declaraciones del propio AMLO, quien lo considera no solamente un “hombre bueno” y “sensato”, sino hasta un “amigo”.
Y es que desde que llegó a la embajada de EE.UU. en México, en septiembre del año pasado, Salazar no ha sino defendido los intereses de la administración de Joe Biden y empresas norteamericanas. Para muestra, cuatro hechos clave durante su gestión.
1. Sabotaje de la reforma eléctrica
En febrero de este año, Salazar afirmó que la iniciativa del presidente López Obrador en materia eléctrica, propiciaba la generación de “energías sucias” y el uso de tecnologías “anticuadas” y “caras”. Los consumidores, advirtió, serían quienes cargarían con “mayores costos”.
La iniciativa no sufrió cambios. El embajador de EE.UU. en México tuvo que convocar a John Kerry, una de las ‘cartas fuertes’ de la administración de Joe Biden, quien funge como enviado especial para asuntos climáticos, para que lo ayudara a convencer al inquilino del Palacio Nacional.
Esta semana EE.UU. solicitó la activación del mecanismo de consultas del T-MEC por considerar que la política energética de la denominada ‘Cuarta Transformación’ “incumple las reglas” del pacto comercial.
En las reuniones, Salazar intentó persuadir al mandatario de eliminar de la reforma constitucional los elementos que, a su juicio, atentaban contra los intereses de las empresas de EE.UU., por ejemplo, la cancelación de los contratos de autoabasto. Pero ni Salazar ni John Kerry consiguieron que se hicieran ajustes.
A la postre, la reforma constitucional no fue aprobada, empero, el presidente mexicano logró rescatar varios puntos clave, entre ellos, la denominada ‘nacionalización’ del litio, a través de una reforma a leyes secundarias.
Con todo y el rechazo de la reforma constitucional, la más importante presentada hasta ahora en el sexenio, desde Washington persiste el recelo con respecto a la política energética de su vecino del Sur.
La Suprema Corte de Justicia ha dejado sin validez varios de los recursos de inconstitucionalidad presentados en contra de la Ley de la Industria Eléctrica, una reforma a leyes secundarias aprobada en 2021.
Sobre la resolución de la Corte, Salazar hizo público su rechazo el 7 de abril a través de un comunicado de prensa donde, además de expresar su “preocupación” sobre esta Ley, anticipaba “litigios sin fin”. Y así sucedió.