Banderas de China y EE.UU.Roman Lacheev / Legion-Media
Los militares estadounidenses han intentado en repetidas ocasiones ponerse en contacto con sus homólogos chinos en medio de la escalada de tensiones sobre Taiwán, pero les ignoran, reportó este viernes Politico, remitiéndose a varios funcionarios familiarizados con el asunto.
“Los altos cargos militares chinos no han devuelto las múltiples llamadas de sus homólogos estadounidenses esta semana”, escribe el diario. Desde el Pentágono aseguraron que la última conversación telefónica del jefe del Estado Mayor Conjunto de EE.UU., Mark Milley, con el jefe del Estado Mayor del Ejército Popular de Liberación de China, Li Zuocheng, ocurrió el 7 de julio.
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“El secretario [de Defensa estadounidense Lloyd Austin] ha enfatizado repetidamente la importancia de las líneas de comunicación totalmente abiertas con los líderes de defensa de China para asegurar que podemos evitar cualquier error de cálculo, y eso sigue siendo cierto”, afirmó a Politico Todd Breasseale, el secretario de prensa en funciones del Pentágono.
Sin embargo, según los expertos, la cancelación del diálogo militar es significativa, pero no sin precedentes. “Históricamente, esto forma parte del plan del juego“, indicó Randy Schriver, quien se desempeñó como el alto funcionario del Pentágono para la política de Asia en la Administración de Trump.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de China anunció este viernes una serie de contramedidas por la visita a Taiwán de la presidenta de la Cámara de Representantes de EE.UU., Nancy Pelosi. Entre otras cosas, las medidas incluyen la cancelación de los diálogos entre los líderes militares de EE.UU. y China, así como la suspensión de las reuniones de representantes chinos con el Departamento de Defensa de EE.UU.
- Pekín considera a Taiwán como parte irrenunciable de su territorio, e insiste en que cualquier negociación con Taipéi que pase por encima del Gobierno central viola el principio clave de su política de una sola China. La mayoría de los países, incluida Rusia, reconocen a la isla como parte integral de la República Popular China.
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