Un nuevo estudio revela que la extinción de las aves conocidas como pájaros del trueno, hace 40.000 años en Australia, puede deberse a su lenta adaptación al entorno cambiante, negando así lo que previamente se había atribuido a los humanos que asaltaban los nidos y una enfermedad ósea que los paralizaba.
Estas aves gigantes no voladoras pueden haber crecido y haberse reproducido demasiado lento para soportar las presiones de la llegada de los humanos al continente, según los resultados que arrojó la investigación de muestras de 22 huesos fosilizados de las piernas de estos animales en diferentes etapas de vida.
Según la microestructura de los fósiles, el tamaño y el ciclo de reproducción de esta especie cambiaron gradualmente durante milenios. Sin embargo, no pudieron seguir el ritmo del mundo que los rodeaba.