Un sacerdote, que hace 20 años había sido condenado en España por difundir materiales pornográficos infantiles, fue nombrado en dos parroquias en Coria-Cáceres por decisión de la Diócesis. La decisión provocó una discusión acerca del tema, y este sábado la Iglesia emitió un comunicado, en el que explica que el cura es “apto para ejercer el ministerio sacerdotal, después de un proceso de rehabilitación y acompañamiento, y tal y como ha demostrado en su paulatina reinserción de los últimos años”, recoge El Mundo.
También la Diócesis justificó al sacerdote, explicando que su crimen tuvo un “carácter informático” y “no hubo contacto ni comunicación con los menores”. La Iglesia “dispone de certificado negativo de delitos sexuales, emitido por el Ministerio de Justicia” que confirma que el sacerdote “fue juzgado y sancionado con arreglo a la legislación civil y cumplió las condenas y las penas impuestas”.