Imagen ilustrativaMichael Gstettenbauer / Legion-Media
Un hombre que solía ser repartidor de encomiendas se convirtió en millonario en menos de dos años, después de dejar su empleo e invertir en el mercado de las criptomonedas, informa el diario Daily Star.
Luego de terminar sus estudios en 2017, Kaif Bhatty, residente en ese entonces en Londres (Reino Unido), comenzó a trabajar en Amazon, donde dedicaba 14 horas al día a entregar paquetes. Sin embargo, la angustia de sentir que pasaría toda su vida esforzándose por un salario mínimo le impulsó a tomar un riesgo que cambiaría para siempre su futuro.
Kaif, de 28 años, tomó todos sus ahorros, unos 800 dólares, y los invirtió en una moneda digital llamada Verge. Su inversión pronto se cuadriplicó y luego se elevó a más de 35.000 dólares. Ese inesperado resultado no solo le sorprendió, pues había ganado en un solo día más de lo que ganaría en un año en Amazon, sino que también le animó a meterse de lleno en ese negocio.
“No podía creerlo. Nunca antes había tenido esa cantidad de dinero en mi vida. Fue un descubrimiento asombroso de lo que era posible y me motivó a explorar más en criptografía”, contó el ahora empresario.
Esta inversión convirtió en millonaria a la gente en 2021 por menos del precio de una taza de café
Meses después de abandonar Amazon, y superar los vertiginosos altibajos que caracterizan el mercado de las criptomonedas, Bhatty obtuvo ganancias cercanas a los 600.000 dólares y al año siguiente alcanzó su primer millón. Una vez sus ingresos le convirtieron en millonario, decidió instalarse en Dubái, donde compró un ‘penthouse’ de 500.000 dólares y una camioneta Mercedes-Benz G Wagon de 250.000 dólares.
Kaif tiene la vida que siempre soñó y confiesa que, para ello, tuvo que aprender a “equilibrar” sus emociones, ya que los éxitos en el mundo de las criptomonedas suelen ser de corta duración debido a la naturaleza volátil del negocio. Ahora quiere ayudar a individuos de entornos similares al suyo. “Quiero usar mi energía para ayudar a las personas en las que puedo ver similitudes con mi pasado”, concluye.
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