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Un soldado ucraniano que se rindió en Mariúpol, en la República Popular de Donetsk, relató a RT cómo los combatientes que querían deponer las armas se vieron obligados a continuar la lucha ante amenazas de fusilamiento y al final fueron abandonados por sus superiores y otros compañeros.
“Fuimos abandonados por nuestro mando. Todos nos abandonaron“, explicó el hombre, cuyo nombre no ha sido proporcionado, detallando bajo qué circunstancias decidió rendirse voluntariamente junto con otros combatientes de las Fuerzas Armadas de Ucrania.
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Cuando el reportero le preguntó si los miembros del batallón Azov les habían brindado algún tipo de ayuda, el soldado confesó haber intentado buscar el apoyo en la planta de Azovmash, donde se establecieron los nacionalistas, aunque las fuerzas neonazis se negaron a aceptarlos.
“Nosotros [sacaremos] solo a los nuestros”, dijeron los miembros del batallón cuando los soldados les solicitaron ayuda para salir de Mariúpol.
“No sabíamos adónde ir en absoluto ni qué hacer. Solo caminamos”, recuerda el entrevistado. “[Dijimos] que nos rendíamos, que no queríamos luchar“, agregó.
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