México busca impulsar la creación de un foro permanente de diálogo y cooperación regional, con capacidad de incidir en los precios internacionales del litio.
Por su parte, Bolivia invitó a México a participar en el Primer Congreso Internacional del Litio, que tendrá lugar en el país andino en noviembre próximo, en el que se prevé la asistencia de autoridades de todo el mundo en la materia.
No hay que perder de vista que América Latina cumple una función estratégica en el mercado del litio al concentrar más del 62% de las reservas mundiales de este mineral. Bolivia ocupa el primer lugar en Latinoamérica de las reservas en salmueras y México se encuentra entre los primeros cinco países con reservas de litio en la región, y en un proceso inicial de creación de una empresa estatal para la exploración y explotación del mineral, gracias a una reforma que hubo en la Cámara de Diputados en abril pasado.
En esta visita a Bolivia, Marcelo Ebrard manejó un vehículo eléctrico de origen boliviano llamado Quantum y anunció que su fabricación en masa está prevista que se haga en México para el año 2023, lo que sería un ejemplo de industrialización y cooperación para el desarrollo entre ambos países.
No hay que perder de vista que América Latina cumple una función estratégica en el mercado del litio, al concentrar más del 62% de las reservas mundiales de este mineral.
Además, se propone una alianza entre ambos países para que impulsen la fabricación de baterías de litio destinadas a la industria automotriz, que tiene una fuerte presencia en México y que podrías ser una cualidad que dé valor agregado a las inversiones que realizan las empresas estadounidenses y europeas. Situación que adquiere mayor importancia a la luz de la relocalización de ciertos procesos de las cadenas suministro, que serán cada vez más regionales ante la incertidumbre que ha provocado la globalización en los últimos tres años.
La gira del secretario de Relaciones Exteriores por Sudamérica finalizó en Colombia con la toma de posesión de Gustavo Petro. El que México y Colombia tengan ahora dos gobiernos liberales y progresistas facilitará que impulsen una agenda común en términos económicos, de seguridad y cooperación tecnológica y científica.