Es decir, llevamos casi un siglo donde el crimen organizado funciona a los más altos niveles. Actualmente, Genaro García Luna, titular de la Secretaría de Seguridad Pública durante el gobierno de Felipe Calderón, está esperando juicio en Estados Unidos por sus vínculos con el narcotráfico. Caso similar al del general José de Jesús Gutiérrez Rebollo que fue el ‘zar antidrogas’ del gobierno de Ernesto Zedillo (1994-2000) pero que después fue sentenciado a 40 años de prisión por su relación con el Cártel de Juárez.
Pero estos no son casos excepcionales, al contrario, la lista es muy larga. México ha tenido por décadas a la Iglesia en manos de Lutero. Y aunque no se puede revertir una dinámica de décadas en solo un par de años, sí es vital empezar a hacerlo.
Los números dicen que casi todos los delitos están disminuyendo en este sexenio después de varios de incrementos continuos. Disminución pequeña, si se quiere, pero al menos ya no hay un aumento exponencial como en el pasado. Ejemplo de esto son los homicidios, el renglón más preocupante y mediático de los reportes de seguridad. En el sexenio de Felipe Calderón los asesinatos pasaron de 8.900 a 26.000 anuales, un incremento de 193 %, mientras que con Enrique Peña Nieto aumentó otro 59% al registrar 23.000 en su primer año y 36.000 en el último.
En los primeros tres años del gobierno de Andrés Manuel López Obrador esta cifra se detuvo en 36.000 homicidios anuales. Es positivo que los asesinatos no aumenten al ritmo que lo hizo en el pasado reciente, principalmente en el sexenio de Felipe Calderón. Sin embargo, estos méritos palidecerán, obviamente, ante la cifra final de asesinatos que habrá en este sexenio que rondará las 200.000 muertes.
La ‘pax priista’ estuvo basada en el control que los políticos tenían de crimen organizado. Control sustentado en su involucramiento y participación. ¿Qué alternativas tenemos en el futuro? Las que sean, no serán soluciones mágicas ni que tengan resultados de la noche a la mañana.
Pero hay otros números que también reflejan avances en materia de seguridad. Los secuestros cayeron 81% de enero de 2019 a julio de este año; el robo de autos 43 %, el robo en sus distintas modalidades 29 %, los delitos del fuero federal 25 %, etc. Como dice el periodista Jorge Zepeda Patterson, la violencia en México y el número de homicidios son de proporciones escandalosas, pero en el contexto inmediato del que venimos y –agregó yo– de la historia política y económica que hemos vivido en el último siglo, las tendencias son una luz al final del túnel.