La reunión entre el presidente de Colombia, Gustavo Petro, y el director de la CIA, William Burns.Twitter / Petrogustavo
Una buena parte de la prensa de izquierda tachó ese discurso de “contundente, poético, estelar y necesario”, comparándolo incluso con los de Fidel o Chávez. Los medios de la derecha hicieron lo de siempre: tergiversar por completo sus palabras, presentándolas al mundo como un llamado del nuevo Gobierno colombiano para legalizar las drogas.
Pocas horas después del discurso, en una entrevista con Noticentro CM&, hablando de las drogas, Petro explicó que el mundo debe avanzar “hacia la regulación, esa es la palabra exacta”, aclarando que no es necesariamente hacia la legalización total, ya que muchas de estas sustancias son absolutamente destructivas, sino hacia una manera diferente de enfrentar el problema: no con armas, como en una guerra, sino como lo que es, una enfermedad.
“Acabar las mafias, sacarlas del camino, que se hace es bajando su precio, pero regulándolo por el Estado en términos de consumo, en términos de presencia médica en los casos de adicción, en una enorme cantidad de dinero para prevenir, para disminuir la demanda hasta el punto que se vuelva cero”.
Cualquiera que conozca mínimamente el problema del narcotráfico en Latinoamérica, encargado, dirigido y controlado desde y por los mercados norteamericanos, reconocerá que, aparte de tener mucha razón, Petro no dijo prácticamente nada nuevo, y que la única novedad del discurso fue que éste, por primera vez, provenía de un mandatario colombiano de izquierda.
En el mismo discurso, Petro hizo una dura crítica a la OTAN por su rol en el conflicto de Ucrania. Si bien se produjo otra noticia mucho más importante, aunque bastante menos comentada. Pocas horas después de su histórico discurso, el presidente Petro mantuvo un “fructífero encuentro” con el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, con quien definió la hoja de ruta del trabajo con esta organización militar, de la lejana región del Atlántico Norte. Colombia es desde el pasado mes de marzo el único aliado estratégico de la OTAN en América Latina. Un día después de esta reunión, en una entrevista con medios internacionales, Petro dijo:
“…Yo lo que intento es llevar el diálogo con los EE.UU. a un eje diferente, que es el tema de la crisis climática y de ahí la importancia de la selva amazónica”.
“He logrado algunas cosas: la conversación con la OTAN de la cual somos miembros, no sé, un estatus rarísimo ahí, pero ahí estamos metidos, creo que es el único país latinoamericano en eso, es llevar a la OTAN al cuidado de la selva amazónica, prestando una colaboración tecnológica al respecto. Con los EE.UU. hemos logrado que se cree ya la primera unidad militar, con helicópteros Black Howk, 12, que será la primera unidad más que militar, policial, de apagar incendios en la selva amazónica. Es un cambio completo, en lo que siempre ha sido la ayuda militar de EE.UU. y ya es un logro, ya están tres helicópteros en esa función, y quiero seguir jalonando un poco de ese hilo porque me parece que por allí se puede construir un dialogo mucho más positivo con los Estados Unidos de lo que hasta ahora ha sido la mal llamada guerra contra las drogas…”.